Desde hace tiempo DevOps se ha convertido en uno de esos conceptos que se han puesto de moda en el mundo tic, pero sin embargo, desde que Patrick Debois creara el movimiento hace años, pocos profesionales somos capaces de definir y concretar y aún más difícilmente converger en su significado, realidad y objetivos. Por tanto, muchas aproximaciones y definiciones son válidas y a la vez complementarias; y a la vez construyen una realidad cada vez más firme que crece a diferentes velocidades en la que DevOps se está haciendo un hueco para quedarse para siempre dentro de las organizaciones.
DevOps es hablar de negocio
DevOps no es hablar principalmente de tecnología ni de herramientas; y sin embargo las herramientas y la tecnología son una parte fundamental. DevOps es hablar de negocio, es hablar de reducción de time to market y de foco en el negocio, es hablar de romper los muros invisibles que separan a los desarrolladores de la operación de infraestructuras y acercar la tecnología al negocio; es hablar de agilidad, de retorno de inversión con una mejor experiencia de usuario, de capacidad de innovación, y de rapidez en la puesta en marcha y actualización de los servicios. Por todo esto, DevOps nos lleva a la automatización, estandarización, escalabilidad, entrega continua, testing automatizado, monitorización, colaboración e industrialización y mejora de calidad. También hablamos de docker, cloud, IaaS, PaaS, SaaS, integración continua, infraestructura como código(IaC),....
DevOps es hablar de cultura
Cuando hablamos de DevOps hablamos principalmente de una cultura, en donde todos estos conceptos, tecnologías y herramientas interaccionan para dar el valor que el negocio necesita, cada vez más, para ser más competitivo, innovador, ágil y capaz de obtener retornos de inversión y de valor de forma más rápida.
¿Cómo empezar a hacer DevOps?
Si la aproximación a la definición DevOps es complicada, la respuesta a esta pregunta lo es todavía más. Es clave comenzar teniendo claro cuál es nuestro objetivo de negocio. DevOps no trata de enormes o complejos proyectos de consultoría, de héroes, ninjas o unicornios. Se trata de impulsar un cambio cultural en la organización y de que el negocio, los desarrolladores, el personal de operaciones y las áreas de gestión de la calidad salgan de sus silos y zonas de confort y trabajen juntos.
Se trata de automatizar todo lo que se pueda automatizar razonablemente, y de emplear las herramientas necesarias en esa automatización.
Se trata de reducir riesgos con una mayor tasa de cambios pero de menor tamaño, a la vez que mejorando la agilidad en sistemas IT y el impacto positivo en negocio y usuario final.
Se trata de Quick Wins que se traducirán, por ejemplo, en menor tiempo dedicado a la lucha contra incendios y más en mejorar la calidad, estabilidad, disponibilidad de sus productos y servicios que, en definitiva, es lo importante.
Y, sobre todo, se trata de un compromiso de la dirección de la organización con esta nueva cultura.
Miguel Ares. Gerente de Proyectos