Durante los últimos años hemos asistido a un incremento y sofisticación de los ciberataques a gobiernos, administraciones públicas y empresas. Esta situación se ha visto agravada, más si cabe, por la coyuntura geopolítica internacional, cobrando este concepto cada vez mayor relevancia y pasando a ser considerada una de las principales prioridades de cualquier organización.

Este incremento en la complejidad de los ciberataques y las velocidades a las que se producen obligan a las empresas a buscar nuevos métodos de protección, en un escenario en el que los enfoques tradicionales han dejado de ser efectivos, como con la implantación de soluciones de detección basadas en IA y con respuesta autónoma. 

Esta atmósfera también ha derivado en una mayor sensibilización de los directivos de las compañías que, poco a poco, pasarán a fomentar también el desarrollo de prácticas proactivas periódicas en el ámbito de la ciberseguridad, como pueden ser el análisis de vulnerabilidades, pruebas de penetración, etc.

Otro escenario que hay que tener en cuenta es el incremento de migraciones de cargas de trabajo a la nube, generadas por el incremento del teletrabajo y del mundo hiperconectado, lo que obligará también a las empresas a poner el foco en reforzar la seguridad en el ámbito Cloud. 

Pablo Gil

Gerente de Cuentas