En 2021, la industria tecnológica continuará creciendo y diversificándose. En paralelo al imparable desarrollo del cloud y de las aplicaciones empresariales, se demandarán nuevas soluciones analíticas de datos y surgirán nuevos lenguajes de programación. ¡Las nuevas tendencias están aquí!
Tendencias como el cloud y el low-code
En muy pocos años, las organizaciones han evolucionado hacia la nube. Aunque queda camino por recorrer, actualmente, el cloud se ha convertido en una herramienta fundamental para desarrollar la actividad empresarial. Y es considerado un pilar clave en la transformación digital de las organizaciones. La necesidad de construir aplicaciones eficientes en tiempo récord y a un precio razonable impulsó su demanda de manera muy notoria. En este ámbito surgen las plataformas de desarrollo de aplicaciones low-code que, según Gartner, están integradas completamente en la corriente general de desarrollo de software empresarial.
Se espera que, de cara a 2023, más de la mitad de las grandes corporaciones adopten low-code como herramienta estratégica para el desarrollo de aplicaciones y satisfacer las necesidades de negocio. Como gran ventaja de low-code, los expertos aducen que gracias a la automatización se eleva hasta cuatro veces la productividad en el ciclo del desarrollo de aplicaciones frente al modo tradicional.
Business Intelligence y Big Data
Como conjunto de tecnologías, arquitecturas y metodologías enfocadas en la gestión de datos, en Business Intelligence (BI) se ha invertido por parte de las empresas, ya que facilita la toma de decisiones. Si avanzamos un poco más en el entorno de esta herramienta, surge el Big Data que complementa muy bien al BI. Las diferencias son claras, mientras que el Big Data gestiona ingentes cantidades de datos que proceden de distintas fuentes en tiempo real. El BI solo permite acceder a conjuntos de éstos que previamente han sido clasificados, almacenados y preparados.
Con el objetivo de sobrevivir a un entorno cada vez más volátil, incierto, complejo y ambiguo. Las empresas deben estar preparadas para entender, dirigir y respetar la capacidad de autoorganizarse de sus empleados. Y es aquí donde toman fuerza las metodologías Agile que tienen un largo recorrido como impulsoras de la transformación digital.