No es ningún secreto que la pandemia por COVID-19 ha supuesto un antes y un después en la historia moderna. Son muchas las pérdidas económicas y, sobre todo, humanas, que ha supuesto. Sin embargo, si algo ha aprendido la Humanidad en las últimas décadas es que la ciencia y la tecnología son dos herramientas idóneas, y me atrevería a afirmar que indispensables, para lograr salir de situaciones así. Pero centrémonos hoy en la tecnología. Y apliquémosla a un sector tan vital como el turismo.
¿Es exagerado afirmar que la tecnología se ha convertido en el gran aliado para la recuperación económica? Ni mucho menos; es más, se trata de una realidad. De hecho, podemos afirmar que la tecnología está siendo la auténtica locomotora de la ansiada recuperación económica, una recuperación que tardará en llegar a zonas con una gran dependencia del turismo que, por lógica, se han visto tan afectadas por los daños de la pandemia.
Podemos afirmar que la tecnología ha evitado que se pare el mundo, y que la revolución digital se ha convertido en una necesidad que ha dado pasos de gigante para hacer, en pocos meses, lo que podría haber tardado años. O décadas.
Poner el foco en las personas
Pero ¿cuál es el secreto para que esta tecnología sea no tanto una ayuda como un catalizador para esta recuperación económica y transformación digital? Muy sencillo: poner el foco en la persona. Y esto es algo que deben hacer tanto las Administraciones Públicas como el sector privado, apostando el primero por una clara modernización con una administración sin papeles, una contratación electrónica y una confianza digital, entre otras. Porque sin duda, nos encontramos en el mejor momento de los últimos 20 años para llevar a cabo este paso adelante hacia la modernización del sector público.
Pero no nos olvidemos del sector privado debe apostar claramente por una tecnología que sea el auténtico motor que impulse su economía. En Altia vislumbramos diez años de extraordinarios cambios, de ebullición, y de un mayor peso de la economía digital, con nuevos modelos de negocio basados en la tecnología, una clara apuesta por la innovación, la ciberseguridad y el mundo cloud, y una tecnología de la información ágil y en continua evolución. Porque las empresas deben adaptarse a una realidad en continuo y, cada vez más rápido, cambio.
Digitalización de sistemas
Ahora, ciñámonos al ámbito del turismo. ¿Qué puede hacer la tecnología por él? ¿Cómo puede acompañar a la Administración Pública o a la empresas en este camino hacia la recuperación económica? Puede, y debe hacer, mil cosas. Porque ya hay en el mercado soluciones que permiten una digitalización de sistemas que impliquen interacción y firma digital por parte de las personas (clientes), en casos como el check-in/out, el cambio de divisa, la caja de seguridad, el alquiler de toallas, la reserva de spa, parking, comidas o noches de hotel, sólo por poner unos ejemplos.
Pero hay mucho más, como las soluciones contact-less, cada vez más utilizadas, que en forma de pulseras NFC o aplicaciones móviles con generación de códigos QR optimizan procesos de vital importancia para el sector turístico, como la identificación del cliente, el control de presencia en el hotel, la apertura automática de puertas o la gestión de permisos de acceso a instalaciones, la consulta de facturas o la reserva de nuevos servicios.
¿Qué decir de la automatización de reservas mediante plataformas en la nube para touroperadores que comunican reservas vía email o web? Toda esta tecnología está suponiendo una autentica revolución. Y lo mejor está por llegar.
Son sólo algunos de los ejemplos que demuestran cómo la tecnología puede y debe ser un gran dinamizador del cambio que, sí o sí, va a experimentar en los próximos años el sector turismo. Si tiene éxito en este viaje, el turismo seguirá siendo, como hasta ahora, una locomotora de la economía española.
Porque quizá nunca hasta ahora la tecnología se había convertido en el auténtico catalizador del turismo.
Alberto Loureiro, Director Asociado de Altia.